lunes, diciembre 17, 2007

Una vida sin estrella.

Would you like to swing on a star
carry moonbeams home in a jar
and be better off than you are?
(vieja canción interpretada por BING CROSBY)


¡Qué hermosa la vieja leyenda de los Tres Reyes Magos!. Qué bonito eso de que una estrella les guiase en su camino hasta su meta, adorar al niño-Dios de la mitología cristiana.

Sí, hermosa leyenda, porque, ¿dónde se halla la estrella que debemos seguir? ¿Dónde el minúsculo destello que nos guía para ser mejores personas, para no estar tristes, para no hacer daño a los demás, etc?

Mis conocimientos astronómicos no van más allá de saber reconocer a la Luna, la Osa Mayor, al Lucero del Alba (el planeta Venus)…Y para de contar. Toda la demás inmensidad del cielo, esos varios miles de pálidos y relucientes granos de arena suspendidos en el cielo que podemos distinguir a simple vista, son para mí como idénticas e innominadas gotas de agua minúsculas y luminosas.

Sin embargo cuando era joven imaginaba que había una estrella en el cielo, a la que sí reconocía perfectamente y que brillaba un poquito más que el resto.

Una estrella cuyo débil resplandor me guiaría para ser mejor persona; un puntito de luz que, siguiéndolo, me ayudaría, a pesar de mis problemas, a encontrar algo parecido a la felicidad, que llenaba mi futuro de ilusión y de dicha.

¡Y ella, quienquiera que fuese, dondequiera que estuviese, veía también un brillo más intenso exactamente en la misma estrella que yo veía destacarse al mirar al cielo nocturno!

Esa estrella hace tiempo que no existe. No se la puede distinguir del resto. Hoy ninguna de ellas tiene un brillo especial.

Supongo que se ha apagado.

¿Y ella? …Ella, al igual que la estrella, nunca ha existido salvo en mi imaginación.