viernes, junio 29, 2007

cosas que pasan

"-Vamos, mujer...
"-Que no, no, y no...
"-Primero mucho que no, pero luego te va a encantar...
"-¡Que no, José Joaquín, que eso a mí eso no me gusta!
"-¿Y cómo sabes que no te gusta si nunca lo hemos probado?
"-Me lo supongo...
"-Anda, cariñito...
"-Que no. ¡Es morboso!
"-¿Entonces no me dejas hacerte ni aunque sea un poquito?
"-Si digo que no, es que no.
"-¿Y si vamos de vacaciones donde tú quieras?
"-No.
"-¿Y si no me vuelvo a quejar de nada relacionado con tu madre nunca más?
"-No. Y déjalo ya, por favor, no pienso permitir que me estrangules, me descuartices y me entierres en el sótano."
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-Más o menos, señor juez, fue esa la conversación que tuve con mi mujer aquella tarde de hace, no sé, tres o cuatro años. Claro: como ella no me daba en casa lo que yo ansiaba, tuve que salir a buscarlo fuera... por eso asesiné y descuarticé a todas aquellas jovencitas.
-¿Luego se declara usted culpable?
-Hombre, culpable, culpable... A mí me parece que la culpa de todo es la sociedad.
-¿De qué sociedad?
-De la sociedad en general.
-Ah, bueno, sí, esa siempre tiene la culpa de todo lo que hacéis los malnacidos.
-Por eso le digo. Al fin y al cabo, uno es más inocente que el corderito de mimosín... Pero bueno, a mí por lo que me duele es por mi mujer...
-¿Porque se haya enterado que asesinaba y descuartizaba usted a otras más jóvenes que ella?
-No, me porque al entrar en la sala me ha dao una patada en la espinilla que...; por eso me duele.
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(sentencia) "si hubiera pena de muerte en nuestro país, no tendría ningún rubor en aplicársela; con todo, le aplico la pena máxima: dos meses de semi-internamiento en un chalet con verjas medianas y pocas cristaleras..."
-¿puede mi mujer venir a verme?
-sólo de Lunes a Domingo.
-¿puedo citarme con jovencitas para asesinarlas y descuartizarlas durante el tiempo que esté en prisión?
-Hay una habitación vis a vis sólo para eso. De ese y de otros derechos le informaré en cuanto nos desespose usted.

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