miércoles, enero 25, 2006

La venganza de Tarás Bulba

¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.
José de Espronceda (1808-1842)

El mismo año en que moría en Madrid, de garrotillo, el insigne poeta autor de esa Canción del Cosaco cuyo estribillo acabamos de transcribir, publicaba el escritor ruso Nicolás Gogol su (quizá gracias al cine) más conocida novela, Tarás Bulba. Había sido publicada como relato corto siete años antes, en el volumen Cuentos de Mirgórod. Luego fue ampliado por el escritor ucraniano y convertido finalmente en la conocida novela.

Tarás Bulba narra la historia de una traición por amor, y su venganza. Gogol retrata la vida de los cosacos de Zaporogie (los cosacos ucranianos, los del valle del río Dnieper) en el siglo XVI. Y lo hace épica, ardientemente (quizá porque sus padres habían sido cosacos; o tal vez porque, como todos los románticos, escribía así, con esa vehemencia, siempre que hablaba del pasado de su patria). La novela es un violento y apasionado retrato de un pasado sangriento y de unos guerreros crudelísimos:

Con frecuencia se presentaban de improviso en los lugares donde menos se les esperaba, y entonces todo y todos podían despedirse de la vida: los incendios reducían a cenizas las aldeas; mataban el ganado y los caballos que no podían llevar consigo. Hacían la guerra como si fuese una diversión. Se nos hubiera erizado el cabello si pudiésemos ver las huellas sangrientas, propias de la ferocidad de aquel siglo casi salvaje, que dejaban tras de sí los zaporogos: niños muertos, mujeres con los pechos cortados, los pies de los que dejaban en libertad, con la piel arrancada hasta la rodilla.

Es una novela cuya publicación hoy no consideraríamos políticamente correcta debido, no a las orgías de violencia ni a la sangre que rezuman sus páginas (nuestra sociedad, como se sabe, acepta con gran gusto y diversión la violencia en el arte y los medios), sino por el acentuado antisemitismo que destila el relato (los judíos son retratados como seres malignos despojados de humanidad; hombrecillos malolientes que viven como ratas y cuya única meta es atesorar dinero). Pero no sólo los judíos salen mal parados; casi todo lo "alemán" (alemán para un ruso es sinónimo de extranjero) es caricaturizado o menospreciado; quizá para retratar, por contraste, la imagen romántica, valiente y fiera de los zaporogos.

Añadir, para acabar, que la novela fue llevada al cine en varias ocasiones; la más famosa versión, la de J.Lee Thompson (El Cabo del Terror, Los Cañones de Navarone), es de 1962, protagonizada por Yul Brinner en el papel de Tarás y Tony Curtis en el de su hijo Andrés. También, inspirada en esa misma obra literaria, compuso el checo Leos Janacek(1854-1928) la sinfonía Tarás Bulba (en esta dirección tenéis un pequeñísimo string con un fragmento de la obra musical: http://encarta.msn.com/encyclopedia_761570489/Leos_Janacek.html ).

(nota: imagen1, sello de la antigua Unión Soviética, que conmemoraba el centenario de la muerte de Gogol, con el autor de Las Almas Muertas retratado a la izquierda y su creación, el viejo Tarás, en el fondo a la derecha; imagen2, portada de la edición DVD de la película.)

artículo en la Wikipedia sobre Gogol: http://es.wikipedia.org/wiki/Nikolai_Gogol

además, en www.librodot.com hallarás varios de sus relatos digitalizados :)

Canción del Cosaco de Espronceda: http://coopvgg.com.ar/selva/espronceda/cantodelcosaco.htm

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